Acompañante de amor y desamor, de confianza, creencia y filosofía.
Con libros a cuestas, amores y perdones que ya olvidó.
Él ya muerto, yo aquí viva,
Yo con un inicio incierto, con mucho que descubrir, que aprender, que absorber.
Pero me conforta y me cae como un colchón de plumas, el que su inmenso legado en letras
me dirija y algunas, solo algunas ocasiones, me muestre cual es tal vez el mejor camino.
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